La gingivitis y el daño del esmalte dental pueden ocurrir cuando se usa un cepillo excesivamente rígido. Beber grandes cantidades de alcohol también afecta negativamente a los dientes. El hecho es que contiene mucha azúcar. Como resultado, la capa de esmalte es consumida por bacterias que se alimentan de este producto y ácido fosforoso. Los investigadores descubrieron que la adicción excesiva a la cafeína no solo promueve el crecimiento de bacterias en la cavidad oral, sino que también es responsable del color amarillo de los dientes.
El hábito de morderse las uñas provoca la acumulación de restos de comida entre los dientes, lo que es difícil de eliminar durante el cepillado. Además, aumenta la probabilidad de infecciones que ingresan a la cavidad bucal, lo que provoca la erosión del esmalte.
Debido al tabaquismo, se forma placa en los dientes y la caries, y también aumenta el riesgo de oncología en la cavidad oral. La probabilidad de problemas dentales es mucho mayor en las personas que duermen con la boca abierta. En esos momentos, la membrana mucosa se seca, por lo que la saliva comienza a liberarse profusamente. El aumento en su acidez daña los dientes y causa erosión, y las encías pueden sufrir, porque durante el sueño la infección puede penetrar en la boca.
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