A pesar de que parece ilógico, subconscientemente consideramos que las personas hermosas son más inteligentes que las feas. ¿Qué le pasa a nuestro cerebro?
Científicos del Reino Unido realizaron un estudio con 124 participantes. Los autores recopilaron registros académicos y fotografías de retratos de 100 estudiantes universitarios y solicitaron calificaciones en línea para los voluntarios a los que se les pagó para completar la encuesta. Los científicos estaban interesados principalmente en cómo las personas evalúan el atractivo de las personas, su rendimiento académico, la conciencia y la inteligencia.
La inclusión del rendimiento académico y la integridad como criterio de evaluación no es accidental: de esta manera, los científicos querían descubrir qué significa realmente el concepto de inteligencia para las personas. Si bien no existe una relación en el mundo real entre el atractivo y el rendimiento académico, en nuestras cabezas resulta que existe una fuerte correlación positiva entre el atractivo y el nivel de capacidad cognitiva percibida por los demás.
Se observó la misma relación para el par conciencia-apariencia. Después de procesar las calificaciones de atractivo, los investigadores también encontraron que la conciencia percibida y el rendimiento académico real estaban estrechamente relacionados. Es decir, cuanto mejor sea su rendimiento académico, más principios le parecerá a un observador externo, al menos según los autores del artículo.
Los autores señalan que la inteligencia percibida afecta el rendimiento académico: si otros piensan que los estudiantes son inteligentes, es más probable que estén motivados para mejorar su rendimiento escolar y universitario. Este efecto de “halo de atractivo” puede determinar nuestra actitud hacia las personas y hacia nosotros mismos.