Una nueva investigación muestra por qué nuestros cerebros prefieren los alimentos poco saludables a los nutritivos.
Incluso cuando nos decimos a nosotros mismos que queremos elegir alimentos saludables, a muchos de nosotros nos resulta difícil ceñirnos a esas elecciones. Sobre todo si nos enfrentamos a la tentación de nuestros dulces o snacks favoritos. Y aunque muchas personas a menudo culpan a la falta de fuerza de voluntad por esto, un nuevo estudio publicado recientemente en la revista Nature Human Behavior muestra otra razón.
Investigadores de la London School of Economics and Political Science realizaron un estudio en el que participaron 79 personas en el que se les pidió 300 veces que eligieran entre alimentos saludables y no saludables. Sus resultados mostraron que al pensar en opciones, las personas dedicaban menos tiempo a pensar en el sabor de la comida que en los beneficios.
Este estudio sugiere que es nuestra velocidad de procesamiento cognitivo, no solo la fuerza de voluntad, lo que influye en nuestras elecciones de alimentos. Es más probable que las personas elijan algo sabroso, incluso poco saludable, porque pueden determinar muy rápidamente que un producto va a ser sabroso. A nuestro cerebro le toma más tiempo darse cuenta de que la comida es buena para usted. Muy a menudo, comenzamos a comer un bocadillo poco saludable incluso antes de que nos venga a la mente información sobre sus beneficios.
Las personas a menudo eligen alimentos más saludables cuando se toman su tiempo, señalan los autores.
