Ayer, 01 de octubre, muchos países celebraron el Día Mundial del Vegetarianismo, establecido en 1977 para concienciar al público en general sobre los beneficios de una dieta basada en plantas, tanto en términos de protección de la naturaleza como de la salud humana. Sin embargo, ¿es el vegetarianismo tan útil como dicen?
Según un nuevo estudio publicado en el Journal of Affective Disorders, los vegetarianos experimentan episodios de depresión con el doble de frecuencia que los carnívoros, ya que existe "una asociación positiva entre la prevalencia de episodios depresivos y una dieta sin carne". Para ello, los científicos analizaron la dieta de 14.216 personas de 35 a 74 años durante seis meses, y también les realizaron entrevistas clínicas estructuradas (Clinical Interview Schedule-Revised), que son una herramienta para el diagnóstico de trastornos mentales comunes.
Como resultado, se descubrió que los vegetarianos tenían el doble de probabilidades de experimentar depresión en comparación con los carnívoros durante el mismo período de tiempo, incluso después de controlar variables como fumar, beber y actividad física.
Sin embargo, a pesar de la conexión obvia, la razón no estaba clara para los científicos. "Los episodios depresivos son más comunes en personas que no comen carne, independientemente de los factores socioeconómicos y el estilo de vida", dijeron, y agregaron que "las deficiencias de nutrientes no explican esta relación", por lo que se necesita más investigación para aclarar las conexiones causales.
¿Cómo afecta la comida a nuestro estado de ánimo?
Vale la pena señalar que esta no es la primera vez que los científicos notan la relación entre el estado de ánimo y la nutrición. Por ejemplo, un estudio de 2017 encontró que las personas con depresión que consumían una dieta rica en granos integrales, proteínas, productos lácteos bajos en grasa y alimentos de origen vegetal tenían cuatro veces más probabilidades de entrar en remisión que aquellas que consumían alimentos altamente procesados.
Otro estudio publicado en 2019 encontró una correlación entre las tasas reducidas de depresión, una dieta mediterránea y la suplementación con aceite de pescado.
