Mzi Musa Hasahya, un agricultor de Uganda de 67 años, es uno de los polígamos más prolíficos de la historia. Tiene 10 esposas, 98 hijos y hasta 468 nietos. ¿Cómo llegó a una vida así?
En su pueblo natal de Lusaka, la poligamia es legal. Pero incluso para los estándares locales, la familia de Mzi Musa Khasakhya se considera gigantesca. A pesar de que Musa creció en la pobreza extrema, logró "irrumpir en la gente", convertirse en una persona rica y respetada. Durante varias décadas, fue nombrado jefe de la aldea, y esto era una garantía de que si iba a cortejar, los padres de la niña definitivamente no se negarían.
Khasahya se casó por primera vez en 1971 a la edad de 16 años y luego continuó tomando más y más esposas hasta que fueron doce. El agricultor siempre ha soñado con tener un clan familiar numeroso y se ha encargado de asegurar un árbol genealógico poderoso.
"Mi difunto padre, Mwamadi Mudumba, tenía dos esposas pero solo dos hijos. Esto amenazó con la desaparición de nuestra familia y clan", dijo Mzi Musa Khasahya al Ugandan Monitor, y agregó que estaba feliz de que sus hijos y nietos expandieran el clan. Sus esposas le dieron más de 100 hijos, y ahora, junto con 568 nietos, es seguro decir que este árbol resistirá incluso la tormenta más fuerte.
Alrededor de un tercio de los hijos de Khasakhya viven con él y sus esposas en la casa familiar, mientras que el resto se fue y formó sus propias familias. Afirma que conoce a todos de vista y puede determinar cuál de sus hijos es de cuál de sus esposas. Pero admite que no recuerda a todos sus hijos por su nombre.
Musa y sus esposas
"¿Cómo puede un hombre estar satisfecho con una mujer? Esta es una señal de que una persona nació hombre, pero con hormonas femeninas”, se ríe Hasahya. "Todas mis esposas cocinan de la misma manera y viven juntas en la misma casa.
Curiosamente, el hijo mayor de Musa es 21 años mayor que su esposa más joven, Zabina, de 28 años. Zabina afirma que, a pesar de tener 67 años, su esposo tiene la energía de un hombre de 25 años. Cuida de todas sus esposas, pasa tiempo con cada una de ellas y nunca las engaña.
A pesar de todos los elogios de su familia, Mzi Musa Hasahya admite que no todo es perfecto. El aumento del costo de vida hace que cada vez le resulte más difícil proporcionar a todos los miembros de la familia lo que necesitan, y esto ha llevado al hecho de que la mitad de sus esposas lo abandonaron. Solo seis de sus doce esposas originales viven actualmente con él.
“Tenía dinero, pero hace cuatro años su negocio de ganado colapsó y las mujeres comenzaron a irse una por una hasta que quedaron seis”, dijo Bumaru Hifunde, uno de los hijos mayores de Khasakhya. Fue debido a estos problemas financieros que Hasahya notificó a sus esposas restantes que ahora necesitarían usar anticonceptivos. Por desgracia, cualquier boca nueva que necesite ser alimentada será una carga importante para el agricultor. Las mujeres pensaron y aceptaron tomar pastillas anticonceptivas.
