Aunque algunas personas tienen una mayor capacidad para expresar sus emociones, todos enfrentan la necesidad de lidiar con ellas en algún momento. Aunque sentimientos negativos, ansiedad y episodios de depresión son comunes en la vida, investigaciones recientes sugieren que el control emocional puede ayudar a retrasar el deterioro cerebral y el envejecimiento.
Neurocientíficos de la Universidad de Ginebra (UNIGE) observaron cómo los cerebros de adultos jóvenes y mayores se activaban cuando se enfrentaban al sufrimiento psicológico de los demás. Entre los sujetos de estudio de mayor edad, las conexiones neuronales mostraron una inercia emocional significativa. En otras palabras, las emociones negativas que sienten esos adultos mayores parecen haber modificado en exceso sus conexiones neuronales durante un período prolongado de tiempo. Esta tendencia fue más pronunciada en la corteza cingulada posterior y la amígdala. Ambas regiones del cerebro están fuertemente involucradas en el manejo de las emociones y la memoria autobiográfica .
Los autores del estudio explican que estos resultados indican que un mejor manejo de las emociones negativas, a través de la meditación, por ejemplo, puede ayudar a frenar la neurodegeneración. Este trabajo es solo el último de los esfuerzos de la ciencia moderna para comprender mejor el cerebro; Los investigadores han estado investigando cómo reacciona el cerebro a las emociones durante las últimas dos décadas.
“Estamos empezando a entender lo que sucede en el momento de la percepción de un estímulo emocional”, explica la Dra. Olga Klimecki, investigadora del Centro Suizo de Ciencias Afectivas de la UNIGE y del Deutsches Zentrum für Neurodegenerative Erkrankungen, última autora de este estudio realizado como parte de un proyecto de investigación europeo codirigido por la UNIGE, en comunicado universitario . “Sin embargo, lo que sucede después sigue siendo un misterio. ¿Cómo cambia el cerebro de una emoción a otra? ¿Cómo vuelve a su estado inicial? ¿Cambia la variabilidad emocional con la edad? ¿Cuáles son las consecuencias para el cerebro de una mala gestión de las emociones?''.
Un estudio futuro probará cómo la meditación de atención plena puede mitigar las emociones negativas
Es importante tener en cuenta que las personas mayores generalmente están mejor equipadas para regular sus emociones que sus contrapartes más jóvenes. Por lo general, los adultos mayores pueden concentrarse más fácilmente en los detalles positivos, incluso durante un evento negativo. Sin embargo, los cambios en la conectividad entre la corteza cingulada posterior y la amígdala sugieren una desviación en el proceso normal de envejecimiento, acentuado entre quienes muestran más ansiedad, rumiación y emociones negativas. La corteza cingulada posterior es una de las regiones cerebrales más afectadas por la demencia, lo que indica que la presencia de estos síntomas podría aumentar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
“¿Es la mala regulación emocional y la ansiedad lo que aumenta el riesgo de demencia o al revés? Todavía no lo sabemos”, agrega Sebastián Báez Lugo. “Nuestra hipótesis es que las personas más ansiosas no tendrían o tendrían menos capacidad para el distanciamiento emocional. El mecanismo de la inercia emocional en el contexto del envejecimiento se explicaría entonces por el hecho de que el cerebro de estas personas permanece 'congelado' en un estado negativo al relacionar el sufrimiento de los demás con sus propios recuerdos emocionales”.
Entonces, ¿es posible prevenir la demencia actuando sobre el mecanismo de la inercia emocional? Los autores del estudio ahora están realizando un estudio de intervención de 18 meses que se centra en los efectos del aprendizaje de idiomas extranjeros y la meditación.
''Para afinar aún más nuestros resultados, también compararemos los efectos de dos tipos de meditación: el mindfulness, que consiste en anclarse en el presente para concentrarse en los propios sentimientos, y la llamada meditación 'compasiva' , cuyo objetivo es aumentar activamente las emociones positivas hacia los demás”, concluyen los autores del estudio.
FUENTE: Nature Aging
