El número de muertos en el mundo por el coronavirus ha superado la asombrosa cifra de tres millones, con casos de más de 140 millones, en medio de repetidos reveses en la campaña de vacunación y una crisis cada vez más profunda en lugares como Brasil, India y Francia.
El número de vidas perdidas hasta el sábado, según lo compilado por la Universidad Johns Hopkins es de 3.001.068 personas en todo el mundo a causa de la enfermedad, la mayoría en Estados Unidos (566.224). Luego le sigue Brasil (368.749), México (211.693), India (175.649) y Reino Unido (127.472).
Se cree que el número real es significativamente mayor debido al posible ocultamiento del gobierno y los muchos casos pasados por alto en las primeras etapas del brote que se informó por primera vez en Wuhan, China, hacia fines de 2019.
Cuando, en enero de este año, el mundo superó el sombrío umbral de dos millones de muertes, las campañas de inmunización acababan de comenzar en Europa y Estados Unidos. En la actualidad, la vacunación está en curso en más de 190 países, aunque los avances en el control del virus varían ampliamente.
Si bien las campañas en los Estados Unidos y el Reino Unido han dado un gran paso y la gente y las empresas comienzan a contemplar la vida después de la pandemia, otros lugares, en su mayoría países más pobres pero algunos ricos también, se están quedando atrás a la hora de poner manos a la obra y han impuesto nuevos bloqueos y otras restricciones a medida que aumentan los casos de virus.
Problemas con las vacunas
La OMS calificó recientemente la situación con el suministro de vacunas como precaria. Hasta 60 países podrían no recibir más vacunas hasta junio, según una estimación. Hasta la fecha, COVAX, la iniciativa mundial para el acceso equitativo a las vacunas COVID-19, ha administrado alrededor de 40 millones de dosis a más de 100 países, suficiente para cubrir apenas el 0,25 por ciento de la población mundial.
A nivel mundial, alrededor del 87 por ciento de los 700 millones de dosis dispensadas se han distribuido en países ricos. Mientras que una de cada cuatro personas en las naciones ricas ha recibido una vacuna, en los países pobres la cifra es de una en más de 500.
