El más afectado fue Nueva Jersey, donde el número de muertos llegó a 23. El gobernador del estado, Phil Murphy, dijo que la mayoría de los residentes que murieron estaban en sus automóviles cuando comenzó la inundación.
El huracán estuvo acompañado de fuertes aguaceros, que el miércoles provocaron inundaciones en Nueva York, que mataron a 12 personas. En la ciudad, el trabajo del metro se detuvo, en Central Park, cayeron 181 mm de precipitación el 1 de septiembre: se rompió el récord de 1927 (97 mm). En algunas áreas, las estaciones de metro y los primeros pisos de las casas se inundaron. Los funcionarios de la ciudad notaron que había ocurrido un evento meteorológico histórico.
Anteriormente, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, emitió una orden para asignar ayuda federal a los estados afectados.
El primer golpe del huracán se apoderó de Luisiana, donde se declaró un desastre natural, luego el sistema meteorológico afectó al Mississippi, Tennessee, Virginia, Maryland, Pensilvania, Nueva York y Nueva Jersey.
Debido al desastre en el país, alrededor de 1,2 millones de personas se quedaron sin electricidad, más de 900 mil personas, en Luisiana. Al mismo tiempo, un nuevo huracán está ganando fuerza en el Atlántico: "Larry", que puede alcanzar la tercera categoría de peligro.