Como ha demostrado un estudio reciente, aprender a tocar la batería en realidad puede ayudar a los adolescentes con autismo. Después de estas clases, los niños se concentran más fácilmente, se vuelven menos hiperactivos y mejor socializados.
Un estudio dirigido por Marie-Stephanie Kaar, estudiante de doctorado en el Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurología del King's College de Londres en el Reino Unido, examinó el impacto de aprender a tocar la batería en 36 adolescentes con autismo. La edad promedio de los sujetos fue de 18 años. Ninguno de ellos había tocado la batería antes.
Los participantes del estudio se dividieron en dos grupos. Uno de ellos no aprendió a tocar la batería, y el segundo tuvo dos lecciones de 45 minutos a la semana durante ocho semanas.
Al final del estudio, los profesores de percusión notaron que sus alumnos podían hacer contacto visual, expresar sus necesidades y controlar sus emociones mejor que otros.
Los expertos también concluyeron que las lecciones de percusión mejoraron la comunicación entre las regiones del cerebro que son responsables del autocontrol, el seguimiento de acciones y resultados y el control inhibitorio.
