Un nuevo estudio estadounidense realizado por el Centro de Cáncer Fred Hutchinson de Seattle y financiado federalmente ha arrojado luz sobre las consecuencias de la repentina decisión de China de desmantelar su estricto régimen contra el COVID-19. Esta decisión, que liberó al virus en su población de 1.4 mil millones de habitantes, podría haber resultado en casi 2 millones de muertes adicionales en los dos meses siguientes.
El estudio se basó en datos de mortalidad publicados por algunas universidades chinas y búsquedas en Internet. Reveló que se produjeron aproximadamente 1.87 millones de muertes adicionales por todas las causas entre personas mayores de 30 años entre diciembre de 2022 y enero de 2023. Estas muertes se observaron en todas las provincias de la China continental, excepto Tíbet.
La decisión de China en diciembre pasado de poner fin a la política de cero COVID-19 que había durado tres años, la cual incluía pruebas masivas y cuarentenas estrictas y persistentes, provocó un aumento masivo en las hospitalizaciones y muertes que, según los expertos en salud, en su mayoría no fueron reportadas por el gobierno.
El estudio, publicado el jueves en JAMA Network Open, señaló que el número de muertes adicionales superó con creces las estimaciones oficiales del gobierno chino en enero, que indicaban que 60,000 personas con COVID-19 habían muerto en hospitales desde que se abandonó la política de cero COVID un mes antes.
Los investigadores realizaron un análisis estadístico utilizando información de obituarios publicados y datos de búsquedas en Baidu, un popular motor de búsqueda en Internet chino.
"Nuestro estudio sobre las muertes adicionales relacionadas con la eliminación de la política de cero COVID en China establece una estimación de referencia empíricamente derivada. Estos hallazgos son importantes para comprender cómo la propagación repentina de COVID-19 en una población puede afectar la mortalidad", escribieron los investigadores.
La Comisión Nacional de Salud de China no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios sobre el informe.
Expertos en salud a nivel mundial han instado repetidamente a China a revelar más datos a medida que surgían informes de un aumento en las hospitalizaciones y muertes, especialmente con la preocupación por las nuevas variantes.
China dejó de informar los resultados diarios oficiales de muertes a fines de 2022. Según la Organización Mundial de la Salud, ha habido 121,628 muertes por COVID-19 en China, de un total global de casi 7 millones.
En un movimiento raro, una provincia china publicó brevemente datos en su sitio web en julio que mostraban un aumento del 70% en las cremaciones en el primer trimestre de este año, datos que luego fueron retirados.
En febrero, los principales líderes de China declararon una "victoria decisiva" sobre el COVID-19. Sin embargo, el virus sigue circulando en el país y el jueves, funcionarios de salud de Pekín dijeron que el COVID-19 sigue siendo la principal enfermedad infecciosa en la capital, según los medios estatales chinos.
Las autoridades citaron una nueva variante de Omicron, llamada EG.5 o "Eris", apodada así en honor a la diosa griega de la discordia y la contienda, como la cepa dominante actual en toda China.
"La Oficina Nacional de Control y Prevención de Enfermedades dijo que la proporción de la nueva variante EG.5 aumentó del 0.6% en abril al 71.6% en agosto, convirtiéndose en la cepa dominante en la mayoría de las provincias de China", informó el Global Times.
